Por Jorge Suárez
Desde Ibarra
Ahora que ha terminado el período de trabajo de la Asamblea y tenemos que votar, es necesario pensar que este proceso electoral no es un sondeo de popularidad del gobierno, sino la oportunidad de aprobar o desechar un proyecto de Constitución que, a criterio de expertos en Derecho Constitucional, tiene muchas y muy importantes falencias, tanto por falta en ciertos aspectos como por exceso en otros. He aquí cuatro razones para votar NO:
El proyecto de Constitución tiene 444 artículos. Es absurdo que una constitución pueda tener tantos artículos. Una buena constitución no tiene más de una decena de artículos y las correspondientes enmiendas, necesarias para su actualización, de acuerdo a las circunstancias. De manera muy resumida y simple, la constitución debe enunciar los principios y derechos fundamentales de los ciudadanos (parte dogmática) y definir la estructura del Estado (parte orgánica). No es necesario tener tantos artículos en una constitución; para algo existen las leyes que se subordinan a ella.
Falta de equilibrio entre los Poderes del Estado. Una de las características más importantes de una democracia es el equilibrio entre los Poderes del Estado. Este proyecto de Constitución que propone el gobierno le da un excesivo poder al Ejecutivo, en detrimento del Legislativo y Judicial. La excesiva concentración de poder es perjudicial para una democracia, ya que pone en riesgo las libertades ciudadanas.
Plurinacionalidad. En una democracia todos los ciudadanos son iguales ante la Ley, sin excepción. Al reconocerse en la Constitución a ciertas etnias y nacionalidades, el principio de igualdad queda desvirtuado. Todos los ciudadanos tenemos igualdad de derechos, y todos tenemos las mismas obligaciones ante el Estado. No es posible que un determinado grupo tenga ciertos derechos exclusivos frente al resto de la población.
Ausencia de cambios de fondo. Lo único que hubiera justificado una reforma constitucional (mas no una nueva Constitución) sería un cambio fundamental en la estructura del Estado, para volverlo más eficiente, más responsable ante los ciudadanos y menos corrupto. Entre los cambios importantes que debieron haberse implementado podemos mencionar la bicameralidad del Congreso, eliminación de la obligatoriedad del sufragio, implementación de la reelección presidencial de forma que un presidente pueda ocupar el cargo por un máximo de dos períodos, descentralización de la administración pública, fortalecimiento e independencia administrativa de gobiernos seccionales, entre otros tantos.
Independientemente del grado de aprobación (o rechazo) a la gestión del presidente, este es un proyecto de Constitución jurídicamente inaceptable.